EDITORIAL DEL MES
Este mes de julio los peruanos celebramos fiestas patrias pero, este año es especial, al cumplir el Perú 200 años de vida republicana. Tenemos que dar gracias a Dios por todos los dones recibidos en estos años como también tenemos que pedir perdón por no haberlos cuidado como ciudadanos responsables. El contexto político que vive el Perú no es el mejor de su historia pero, como siempre ha sucedido, estoy seguro que sabrá salir adelante. Considero que el país ya no está para ir dando tumbos por allí como un principiante, creo que hay mucho camino recorrido y si no aprendemos de lo que la historia nos muestra estaremos condenados a seguir en las mismas. La experiencia de 200 años tiene que obligar a la nación a plantearse retos: tratar de sacar a la mayor cantidad de familias de la pobreza material, romper la cadena de la corrupción, dominar la delincuencia, renovar el sistema educativo, fomentar la creación de empresas, luchar contra la informalidad, trabajar para tener una prensa que informe y eduque, renovar el Estado hasta convertirlo en un ente ágil y dinámico que gestione y facilite la marcha del país. A estas alturas de la vida se requiere un país que camine en democracia, justicia y libertad.
Pareciera pedir mucho pero creo que esto es lo mínimo con lo que se debe empezar. Este es un reto compartido entre las autoridades legítimas que tendrá el país a partir del 28 de julio del presente año y cada ciudadano peruano. Ahora, más que en otro tiempo, el Perú necesita de sus hijos. Necesita peruanos comprometidos con el éxito de los unos por los otros, peruanos que apuesten por el Perú, peruanos que aporten y sirvan, en justicia y equidad, con transparencia y honradez, peruanos que hagan empresa y emporios con una economía de rostro humano.
Pidamos al Señor que ilumine a los futuros gobernantes del Perú para que sean gestores de paz y armonía, que gobiernen para todos los peruanos y no solo para un minúsculo grupo de aficionados al partido, para que sirvan a la nación y no se sirvan de ella. No en vano la nación está puesta en manos de santa María. El 28, día central de fiestas patrias, se celebra la solemnidad de la Bienaventurada virgen María, Reina de la paz. Que nuestra señora interceda por el Perú y nos lleve por el camino del auténtico desarrollo, un desarrollo que no solo sea económico, sino también con principios y valores que ensalcen a Dios como creador y dignifiquen a la persona por encima de todo bien creado.
La Iglesia de Perú celebra:
Día 3: Fiesta de Santo Tomás, Apóstol.
Día 14: Fiesta de San Francisco Solano, presbítero.
Día 15: Memoria obligatoria de San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia.
Día 26: Memoria obligatoria de los Santos Joaquín y Ana, padres de la Santísima Virgen María.
Día 28: Fiesta de la Bienaventurada Virgen María, Reina de la paz.
Día 29: Memoria obligatoria de Santa Marta.