Ciclo A: VI domingo del tiempo ordinario
1ra lectura: Eclesiástico 15, 16 – 21
Salmo: 118
2da lectura: 1 Corintios 2, 6 – 10
Evangelio: Mateo 5, 17 – 37
NO CREÁIS QUE HE VENIDO A ABOLIR LA LEY Y LOS PROFETAS: …SINO A DARLES PLENITUD
Los textos de este domingo explican que la Ley está dada y que el Señor no ha venido a suprimirla, tan solo a darle plenitud: “No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud”. Iluminarse de la ley no es caminar en la letra de la ley, es trascender la letra y vivirla en su espíritu para así cumplirla radicalmente. El Señor quiere que se camine con la Ley, pero no como esclavos bajo la Ley, sino como personas libres que optan por ella luego de haber optado por él. Solo así la Ley se convierte en medio que libera y no un fin que esclaviza. Por ello hay que afirmar que los que se proclaman cristianos son los seres más libres del mundo. El cristiano no camina por un determinado lado porque está mandado caminar por allí o rechaza otro porque, como dicen las sectas, su religión se lo prohíbe. El cristiano decide seguir al Señor, y junto con él los caminos que indica, o simplemente le deja. La ley o los mandamientos son medios que ayudan a transitar por el camino escogido. Dios da los mandamientos a su pueblo luego que este lo aceptó como su Dios, para que pueda guiarse y no se perdiera, nada fue impuesto. El cristiano no sigue leyes impuestas, decide seguirlas en libertad porque decide por aquel que las dio. Queda claro que cada uno sigue el camino que considera, según sus propias decisiones, y al decidir por algo decide también lo que eso implica. Si se opta por Cristo se opta por la vida, por el amor, por el respeto, por la paz; si la opción es otra no tardará en aparecer el egoísmo, la corrupción, la mentira y el dolor. Hoy, la liturgia invita a vivir en libertad de la mano con el Señor.
SEÑOR, GRACIAS POR DARME LIBERTAD PARA SEGUIRTE.
P. Víctor Emiliano