La comunidad se edifica en la Iglesia de Cristo

La comunidad agustiniana se edifica en la Iglesia y es congregada por el Espíritu Santo. Esta comunidad quiere semejarse a la primera que describe los Hechos de los Apóstoles y que fue la vivencia de la Iglesia naciente. Allí todo era común, no había propiedad privada; incluso, las mismas almas no eran propias puesto que todas conformaban una, la de Cristo. Este es el estilo de vida que se propone vivir el agustino recoleto. Él tiene un objetivo grande y sublime, y es el que dirige su vida. Cuando se descuida este objetivo se desvirtúa la razón de ser de la comunidad. La vida del religioso debe ser un constante construir con la fuerza del Espíritu y el “cemento” de la caridad la comunidad, la que debe ser luz en el mundo. Esto no significa que todo es color de rosa y de especial fragancia en la vida comunitaria. Debe quedar claro que la comunidad agustino recoleta es humana y como tal tiene la riqueza y flaquezas de toda comunidad humana. Por eso podemos decir que construir la vida comunitaria implica una constante lucha, se requiere gente madura y sincronizada con los ideales que todos quieren vivir. En la medida que se construye comunidad se construye Iglesia, puesto que la comunidad está inserta en la Iglesia.

Reflexión 19: P. Víctor Emiliano