Ciclo C: I domingo de adviento

1ra lectura: Jeremías 33, 14-16

Salmo responsorial:  24

2da lectura: Tesalonicenses 3, 12-4,2

Evangelio: Lucas 21, 25-28.34-36


 

ESTAD, PUES, DESPIERTOS EN TODO TIEMPO…Y MANTENEROS EN PIE ANTE EL HIJO DEL HOMBRE.


 

Comenzamos un nuevo año litúrgico. Feliz año nuevo a cada uno de ustedes. Con este nuevo año es otra oportunidad para renovar nuestra esperanza en Dios misericordioso que nos regaló a su Hijo para redimirnos del pecado. Es tiempo de adviento, tiempo de preparación para recibir al que sabemos nos ama. Las lecturas de este primer domingo nos invitan a fortalecer la confianza en Dios, que sabemos siempre cumple sus promesas: “Miren ustedes que llegan días –Oráculo del Señor- en que cumpliré la promesa que hice a los habitantes de Israel y de Judá”. Pero, a la vez, nos pide por boca de Pablo, trabajar para que el encuentro que tengamos con Jesús sea fructífero y beneficioso: “Por lo demás, hermanos, les rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que vivan conforme a lo que han aprendido…procedan así y sigan adelante”. La espera en Dios no es una espera con los brazos cruzados o estática, siempre es una espera dinámica y fructífera. Este tiempo de adviento nos prepara para celebrar el recuerdo de la venida de Cristo encarnado en la humanidad hace más de 2000 años, pero también, nos va guiando para recibirle en su segunda venida: “Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria”. Por ello podemos afirmar que toda la vida del cristiano debe ser un constante adviento para recibirle cuando llegue el momento decisivo de su segunda venida en cada uno de nosotros. Que este nuevo año que comenzamos marque un antes y un después en la vida de cada cristiano, que nuestra constante vigilancia y la fortaleza de la oración nos guarde para él.

SEÑOR JESÚS QUE MI VIDA SEA UN CONSTANTE ADVIENTO PARA ALGÚN DIA PODERTE RECIBIR Y VIVIR JUNTOS PARA SIEMPRE.

P. Víctor Emiliano