Ciclo A: II domingo del tiempo ordinario

1ra lectura: Isaías 49, 3. 5 – 6

Salmo: 39

2da lectura: 1Corintios 1, 1 – 3

Evangelio: Juan 1, 29 – 34


 

ESTE ES EL CORDERO DE DIOS, QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO


 

Ha comenzado la vida pública de Jesús, y Juan da testimonio de quien es Él: “Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, y lo proclama como el Hijo de Dios: “Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios”. Isaías proféticamente anunció un mesías universal: “Tú eres mi siervo de quien estoy orgulloso… te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra”. Pablo también lo proclama como salvador universal: “…escribimos a la Iglesia de Dios en Corinto, a los consagrados por Jesucristo, al pueblo santo que él llamó y a todos los demás que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor nuestro y de ellos”.     

En síntesis: Jesús es el Señor, el Hijo de Dios, el mesías esperado y, el salvador universal. Él es el que bautiza con Espíritu y da la santidad para conformar un pueblo de santos.  El comentario de Juan “el bautista” no puede caer en el vacío, no puede pasar desapercibido por los oídos del cristiano de esta época. Esta verdad que proclamó Juan y que la Iglesia ha proclamado siempre, debe mover los corazones y la voluntad para unir fuerzas, y con la frente en alto anunciar la Buena Nueva al mundo, tan ávido de novedades, y siempre engañado.  ¿Tú qué opinas? ¿crees de verdad que Cristo es el Señor? ¿tu fe en Jesucristo te obliga a un compromiso? De tu respuesta depende la extensión del Reino y la plenitud de tu vida.

SEÑOR, YO SÉ QUE TÚ ERES EL CORDERO DE DIOS QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO. AYÚDAME A VIVIR COMO TÚ ME PIDES.

 P. Víctor Emiliano