CICLO B


1ra lectura: Isaías 52, 7 – 10

Salmo: 97

2da lectura: Hebreos 1, 1 – 6

Evangelio: Juan 1, 1 – 18


 

EN ÉL ESTABA LA VIDA, Y LA VIDA ERA LA LUZ DE LOS HOMBRES.


          Es navidad. Dios ha tomado ya nuestra condición humana en aquel niño nacido en Belén. Es la Palabra definitiva de Dios que se ha humanado, y acampó entre nosotros. Necesariamente la humanidad tuvo que estar gravemente herida para que el Hijo de Dios, Dios mismo, asumiera tal condición. Su presencia como humano es la certeza de tener entre manos la felicidad plena. No es la publicidad lo que hace grande la Navidad, la Navidad es grande por el regalo que nos trae: Dios mismo que se regala a la humanidad. Su presencia entre nosotros escapa a todo cálculo y pronóstico por lo que no encaja en los planes de muchos.  Su presencia es luz, luz que ilumina el sendero, la mente y el corazón de todo aquel que se despoja de sí para ser llenado por él. Solo aquel iluminado por él será vida, podrá verle y entenderle, y podrá decir en verdad “Feliz Navidad”.

          Feliz navidad no por un simple protocolo, “Feliz navidad” porque esta experiencia de tener a Cristo en el pesebre de mi corazón deseo de ardientemente que tú también la experimentes.

          Es Navidad, la Palabra de Dios ya está en el mundo. Hoy, Dios, por medio de Cristo, sigue hablando a su pueblo. ¿Escuchamos esta Palabra? ¿Nos dejamos iluminar por él?

SEÑOR, QUE SEPA RECIBIRTE Y ESCUCHARTE EN MI CORAZÓN.

P. Víctor