PACTO DE BUENAS RELACIONES

Hola Joselito, cómo estás. Ayer, conversando con un amigo y su esposa recordé aquel “pacto de buenas relaciones” que firmaste, a manera de broma, tú y Ricka. Yo creo que tú darás testimonio de lo importante de este documento en tu vida matrimonial. Creo que también lo es entre amigos, en la familia e incluso entre los compañeros de trabajo. No es común este tipo de documento, parece que fuera una broma o algo sin sentido pero, si para todo se tiene protocolos, por qué no tener uno para la sana convivencia en las mejores empresas de la vida: la familia y los amigos.

Este documento consiste en poner por escrito cómo debería ser el trato entre los involucrados cuando hay “guerra” o, mejor dicho, situaciones de asperezas o malos entendidos. Este pacto es como la cruz roja en medio de una guerra, es el protocolo a seguir cuando se han roto las buenas “relaciones diplomáticas”. Cuando suceden estas situaciones difíciles y dolorosas entre personas que se estiman, por lo general, la persona se deja llevar por los sentimientos y se llega hasta el extremo de los insultos, los maltratos físicos o quitar el habla, y por “n” días. Este “pacto de buenas relaciones” busca salvar lo elemental para que las cosas fluyan y pronto se retorne a la normalidad. Cuando las buenas relaciones marchan y son buenas es el tiempo propicio para sentarse y, de la mejor forma, poner los límites a las secuelas de una “confrontación”. Este pacto debe salvar lo elemental. Aunque la indiferencia y la sequedad estarán presentes, hasta cierto punto normal, el saludo y los buenos modales no pueden faltar, se deben descartar los insultos y maltratos físicos y, hasta el patrimonio material debe estar salvaguardado; si están de por medio los hijos u otros familiares estos no deben verse involucrados en la guerra de dos personas. Y así muchos puntos, de acuerdo al contexto de cada relación, se pueden añadir en este documento que, dígase de paso, conviene que cada involucrado lo tenga. Este “documento” debe dejar sentado que los problemas no van a  faltar pero que la madurez y sensatez deben prevalecer, que por encima de los sentimientos y emociones está la voluntad y la razón, y que están interesados en que las cosas regresen a su cauce para seguir un camino de amor y de amistad.

Enrique y Valeria quiero agradecerles por hacerme recordar esto que les propuse hace muchos años y que ya me había olvidado. Por lo visto están interesados y eso me alegra porque les va a ayudar en su vida de matrimonio. Tener algo por escrito y el deseo de cumplirlo es garantía de éxitos. Hay una frase muy difundida entre nosotros “papelito manda” y es cierto, cuando se le permite mandar y no hay trampas.

Adelante, y bendiciones.    

P. Víctor Emiliano