Esta frase puede interpretarse como algo iluso y poco realista. Pero, para Dios no hay nada imposible. Dios es el que construye, día a día, la comunidad. Los que dicen que esta es una ilusión impracticable están afirmando que todo depende del ser humano. El agustino recoleto vive en la comunidad, es de la comunidad y para la comunidad. Dios regala el don de la comunidad y el religioso, como contraparte, cuida ese regalo. El fraile agustino recoleto forma con sus hermanos, puesto que Dios es el que les une, una sola alma y un solo corazón. Aunque son muchos y cada uno es una historia, constituyen uno solo. En el amor, que congrega y armoniza, todos conforman un solo cuerpo vivo que es la comunidad agustino recoleta.
Reflexión 9: P. Víctor Emiliano