Repujado
Recuerdo algunos años atrás cuando mi tía Cristina se matriculó en un curso de repujado en badana, en el Instituto Nacional de Cultura de aquella época. Para comenzar, la badana es piel curtida, suave y fina, de carnero u oveja. Este material es fácilmente trabajable y se consigue en cualquier tienda del ramo. Es diferente al cuero, el cual es más grueso. La verdad, que me impresionó todo lo que se podía hacer en este campo de las manualidades. Viendo los trabajos que mi tía realizaba me entusiasmé y me propuse aprender. Comencé a entrenarme en el uso de los instrumentos, ella me prestaba sus herramientas, y con los retazos de badana que dejaba comencé a practicar haciendo dibujos sencillos. Los instrumentos comunes de trabajo en este campo son: un martillo de madera, un buril, punzones para grabar dibujos, fibrilla, pegamento, una cuchilla, regla metálica, una lesna, y algunos otros más que complementen el trabajo. Mis primeros diseños en repujado eran poco deseados, la verdad que parecía que nunca iba a aprender algo; pero, poco a poco, fui logrando algo de habilidad, y con una pisca de creatividad y entusiasmo comencé a coger el hilo y, creo yo, sacar cosas bonitas. Mis primeros trabajos fueron muy sencillos: carteras, separadores, hasta billeteras, y con dibujos variados. Con el tiempo, y dadas sus múltiples ocupaciones, mi tía se desligó del trabajo en badana y me obsequió todos sus materiales. Actualmente los tengo yo. Por muchos años he guardado todas estas herramientas y el gusto por este arte. Ahora, el repujado en badana lo tengo como un pasatiempo y es una distracción en mis ratos libres. La badana es buena para hacer trabajos de repujado, pero existen otros como el papel aluminio con el que se hacen trabajos muy bonitos. Estoy incursionando con este material, recién estoy dando algunos pasos.











