UNA BUENA RELACIÓN MATRIMONIAL

Hola Richard, cómo estás. Eres uno de los tantos que me preguntan sobre las buenas relaciones en el matrimonio. Este tema es tan amplio que la verdad no hay una fórmula concreta para la solución de las dificultades. Yo siempre insisto en algunas líneas generales.

Yo soy un convencido que el matrimonio es propio de las personas maduras. La convivencia en la vida matrimonial implica madurez. Claro está que la vida es todo un proceso y que se va madurando en el transcurso, pero se debe tener un mínimo asegurado para que la relación marche bien en el matrimonio. También es cierto que los problemas nunca faltan, eso es inevitable, pero hay que tener actitudes maduras para poder sobrellevarlos. Cuando no se da esta mínima condición no es extraña la ruptura de la relación. Una persona madura es la que puede comunicarse, es libre en sus decisiones y acepta las consecuencias de las mismas, es decir, es responsable; tiene voluntad, por lo que no se deja llevar fácilmente por sus emociones. La persona madura sabe lo que  es el amor y está convencida de su importancia en una relación. Una pareja madura debe saber lo que implica el matrimonio. La persona inmadura no respeta estas condiciones.

No pocos llegan al matrimonio desconociendo la nueva realidad que les toca vivir, o la conocen pero no la asimilan. Muchos siguen viviendo como solteros y actúan como “casados solteros”, olvidan que hay obligaciones adquiridas y que ya en el  matrimonio “el  uno se  debe  al  otro”  y que no es sólo el parecer propio, la opinión o el gusto de uno solo, sino el de ambos. ¡Gran problema!

La comunicación es fundamental en cualquier relación, cuanto más si se trata de un matrimonio. No basta conversar, fíjate tú que hasta los extraños conversan. La comunicación es diálogo, implica transmisión de sentimientos y emociones, es mostrar el ser a la otra persona por medio de palabras o gestos. La comunicación debe llevar a la pareja al punto de entenderse sin hablar, por decirlo de alguna forma.

La vida de matrimonio implica también un ambiente de libertad. La libertad tiene que ser el sello de una pareja que se ama. No puede ser, y no tiene sentido, que uno se sienta subyugado  por el otro, o que se llegue al temor y al miedo, o incluso a la desconfianza.

La responsabilidad y la voluntad son dos grandes amigas que van construyendo una relación armoniosa y madura. Todo se desbarata cuando en una relación predominan los caprichos, los gustos, los sentimientos o los intereses particulares  y no las decisiones y compromisos adquiridos. Se necesita tener “voluntad firme” para ser responsable y consecuente en una relación.

Una relación de pareja que intenta vivir estos aspectos tratados se puede decir que es una “relación seria” y que se “ama”.

Bueno Richard, saludos. Ojalá estas líneas te hayan servido de algo.

P. Víctor Emiliano