Ciclo A: V domingo de cuaresma
1ra lectura: Ezequiel 37, 12 – 14
Salmo: 129
2da lectura: Romanos 8, 8 – 11
Evangelio: Juan 11, 1 – 45
YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA: EL QUE CREE EN MÍ, AUNQUE HAYA MUERTO, VIVIRÁ
El texto de la resurrección de Lázaro es muy conocido. Lázaro, Marta y María fueron tres hermanos, amigos íntimos de Jesús, en Betania. Ante la muerte de Lázaro, Jesús llora y tiene palabras de aliento para la familia. Este gesto expresa su solidaridad con los suyos, y así su solidaridad con la humanidad entera. El texto nos plantea dos realidades: la vida, representada por Cristo y la muerte. representada por Lázaro. La muerte indica la realidad del pecado y la humanidad caída, la humanidad sepultada y hedionda. Las palabras “Lázaro, ven afuera” constituyen el llamado cotidiano de Jesús a tantos que parecen vivos pero están muertos: caminan pero son cadáveres, ríen pero están rígidos, usan perfume pero tienen hedor. Ellos están muertos porque no tienen a Cristo, la auténtica vida. Ante la vida, la muerte cede porque “Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre” Estas palabras son aliento y esperanza, y explican que la muerte no es el final del camino para todo aquel que tiene su confianza en el Señor. Pero, Jesús pregunta a Marta: “¿Crees esto?”; es decir, ¿Crees que yo soy la vida? ¿Crees que yo puedo transformar tu vida? ¿Confías en mí? Cuantos creyentes, “de mucha fe” como se suelen presentar, no se atreverían a responder. Tengamos la valentía de obedecer a Jesús cuando nos diga a cada uno con su nombre “…ven afuera“. Que Cristo, Vida verdadera, reviva al hombre enterrado en la tumba de su pecado.
SEÑOR, DAME LA FUERZA DE VOLUNTAD PARA SALIR DE LA TUMBA CUANDO ESCUCHE TU PALABRA
P. Víctor Emiliano