CICLO B


1ra lectura: Job 7, 1 – 4.6 – 7

Salmo: 146

2da lectura: 1 Corintios 9, 16-19.22-23

Evangelio: Marcos 1, 29 – 39


 

AL ANOCHECER, CUANDO SE PUSO EL SOL, LE LLEVARON TODOS LOS ENFERMOS Y ENDEMONIADOS.


          Al dar una ojeada al texto de Job, en la primera lectura, fácilmente se concluye pesimismo y desánimo, posiblemente por las circunstancias adversas de la vida y no ver resultados de quien tanto se esperaba. Esta puede ser la experiencia de mucha gente en nuestros días con un panorama difícil por la pandemia y todo lo que esta genera: falta de trabajo, enfermedad, pérdida de seres queridos, etc. La tentación de la desesperanza y el desánimo suelen aparecer en estas circunstancias. Pablo, en la segunda lectura, tiene una reacción diferente ante los momentos difíciles, trata de darles sentido y les ve con optimismo, y claro, siempre con la mirada puesta en Cristo. Para él las adversidades son medios que le empujan a llegar al objetivo trazado. Esta tiene que ser la actitud de todo cristiano convencido que el Señor es providente y que nunca abandona. El texto del evangelio nos describe la actitud confiada de la suegra de Pedro y de tanta gente que acudía a él. Ciertamente que ante las adversidades se requieren soluciones prontas y efectivas pero, no siempre es así, y esto no puede ser motivo para perder la paz; tampoco los planes trazados y estudiados salen al gusto y sazón. Todo esto no puede justificar el desánimo que a la larga o a la corta crea una vida sin sentido. Las situaciones difíciles en la vida, que todos tenemos de una u otra forma, y por las que tú puedes estar pasando en estos momentos, deben llevar, con la gracia de Dios y algo de esfuerzo, a un franco proceso de maduración. La vida de Cristo fue hacer la voluntad del Padre, y sin tregua (que “para eso he venido”), y vaya lo que costó. Aprendamos a poner nuestras cargas, representadas en el texto del evangelio como enfermedades y demonios, en las manos del Señor.

SEÑOR JESÚS QUE LAS ADVERSIDADES DE LA VIDA SEAN EL TRANPOLIN PARA SEGUIR CAMINANDO CON LA MIRADA PUESTA EN TI.

P. Victor