Ciclo A: VI domingo de pascua

1ra lectura: Hechos 8,5-8.14-17

Salmo responsorial: 65

2da lectura: 1 Pedro 3,15-18

Evangelio: Juan 14, 15-21


 

SI USTEDES ME AMAN GUARDARÁN MIS MANDAMIENTOS.


 

Las lecturas de este domingo nos invitan a tener el corazón dispuesto para recibir al Espíritu. Sin el Espíritu Santo las experiencias de la vida no se pueden visualizar en toda su dimensión. Y ¿Cómo preparar el corazón para recibir al Espíritu? La respuesta es sencilla: caminar por la senda que el Señor ha trazado, la senda del amor. Los mandamientos son los pilares mínimos necesarios para construir la civilización del amor; una sociedad, una familia, una institución basada en el amor construyen un mundo de amor. Pero, no es solo cumplir la letra de la ley. Es bueno recordar que los fariseos también cumplieron la ley, pero su corazón no tenía el espíritu de la ley. Cumplir la letra de la ley desfigura el plan de Dios cuando presentó dicha ley a su pueblo. Cumplir preceptos y reglamentos no te hacen cristiano, el auténtico cristiano es el que ha tenido un encuentro personal con Jesucristo que le transformó el corazón. Consecuencia de ese encuentro surge el amor, y el que ama se compromete con la persona amada y le sigue. Seguir a Jesús implica cumplir sus preceptos, vivir en él, transformar la vida por él,  convencidos que es el camino seguro para una vida feliz. El cristiano cumple la Ley de Dios no como esclavo bajo la ley sino convencido que es el camino para una vida plena: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad”.

Es bueno clarificar las cosas cuando se habla del amor. No se trata de sentimientos o emociones, pues eso llevaría a la pasión; se trata de decisiones. Cuando se habla de amor necesariamente está presente la voluntad, voluntad de hacer algo porque se sabe es bueno. Esta es la explicación de la necesidad del amor para cumplir lo que desea el amado. Ir a misa los domingos, el respetar la vida ajena, ser solidarios unos y otros, no robar, no matar, el respeto al prójimo comienza a tener sentido cuando se ve con los ojos del amor, es decir, cuando el Espíritu comienza a reinar en el corazón.

SEÑOR, NO PERMITAS QUE VIDA CAMINE LLEVADA POR LAS EMOCIONES SINO POR DECISIONES QUE SURGEN DE MI AMOR A TI.

P. Víctor Emiliano