Ciclo A: XI domingo del tiempo ordinario
El Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo
1ra lectura: Dt 8, 2-3.14b -16a
Salmo responsorial: 5
2da lectura: 1 Corintios 10, 16-17
Evangelio: Juan 6, 51-58
YO SOY EL PAN VIVO BAJADO DEL CIELO…
Las palabras de Cristo son contundentes: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que come de este pan vivirá para siempre…” De verdad ¿Te crees estas palabras? Si Cristo no hubiera querido decir que ese pedazo de pan era realmente su “cuerpo” por qué no cambió su discurso para convencer a tantos que decían: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Al contrario, insistió en lo mismo: “Os aseguro que, si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros”. De allí la importancia capital de la Eucaristía, asistir a Misa para alimentarse del Cuerpo y Sangre de Cristo. El Magisterio de la Iglesia considera como centro de la vida cristiana a la Eucaristía. La insistencia de Cristo en que nos alimentemos de su Cuerpo y Sangre nos lleva a concluir que es fuente de la que brota la vida de Gracia y, por ende, se constituye como el acto al que se dirige toda actividad apostólica. Podemos decir, en pocas palabras, que es allí donde converge todo cuanto la Iglesia hace y dice para la salvación del mundo.
La Eucaristía es alimento de vida, es Cristo que se da para fortaleza de todo aquel que le sigue: “Yo soy el pan de vida”. Así como no hay humano que pueda vivir sin alimentarse, así también no hay cristiano que pueda vivir sin recibirle. Es inexplicable la dejadez de tantos que se llaman cristianos y afirman no necesitar a Jesucristo eucaristía: Cristo vivo, en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, con todo su ser Hombre y todo su Ser Dios. Este es el gran misterio que conmemoramos en la fiesta del Corpus Christi.
Cristo insistió :”…el que come de este pan vivirá para siempre”¿Me puedo llamar cristiano si desconozco esta solemne proclamación?
SEÑOR, GRACIAS POR QUEDARTE EN UN POCO DE VINO Y EN ESE PEQUEÑO PEDAZO DE PAN.
P. Víctor Emiliano