Considero que la pastoral de la salud es la caricia de Dios para los enfermos en la parroquia. Los ministros de la comunión, con su visita mensual en el campo y la ciudad, se covierten en samaritanos que fortalecen a los enfermos con el Viático santo. Es una tarea muy bonita y reconfortante. Es todo un equipo de trabajo que ayuda no solo a los pacientes sino también a las familias de los pacientes. Este equipo lo conforman ministros extraordinarios de la comunión y hermanos que quieren dar un poco de su tiempo a la causa del Señor con el servicio a los más débiles. Poco a poco esta pastoral ha ido enraizando en la tarea evangelizadora de la parroquia.