Hay que entender lo de “perder el tiempo”. Es que cada día la vida se torna más ocupada en tratar de ganar tiempo. Dadas las múltiples tareas y cada una con exigencia de dedicación exclusiva la impresión de que no alcanza el tiempo se agudiza más. La “desorganización”, y el estar muy “ocupados en hacer nada” pueden ser las razones del atasco de tareas y tareas. El asunto es que vivir un cuadro así desanima a valorar un “alto en el camino” por temor a “perder el tiempo”. Pensando en todo esto concluyo que para realizar un trabajo sin estrés y agobios, y encauzar la vida en general es necesario, de vez en cuando, hacer un alto en el camino para relajarse y tomar nuevos aires. Escuchar música, trabajar alguna manualidad, reunirse con los amigos, organizar las fotos, caminar por la playa tirando piedritas al mar, dormir hasta tarde son unas de las tantas formas de “perder el tiempo” para potenciar y renovar fuerzas. Entonces “perdamos el tiempo” con alguna frecuencia, a ver si nos va mejor. A la primera costará, pero adquirir esta buena costumbre nos ayudará mucho.
P. Víctor Emiliano