1.- Fray Víctor, ¿Cómo siente la nueva provincia Santo Tomás de Villanueva?
Creo que está dando pasos grandes en asumir la nueva realidad de la reestructuración. Todo cambio en un grupo humano implica un proceso de adaptación a las novedades. Dependiendo de los que conforman este grupo el proceso demorará o será breve. Particularmente pienso que nuestra nueva provincia está dando pasos rápidos en este proceso. Mantengo comunicación con varios frailes de fuera de Perú y por lo que me dicen les está yendo muy bien y están contentos. Siento que la provincia se está moviendo, la experimento viva y con deseos de caminar hacia nuevos horizontes. Al menos, aquí en Perú basta con dar una ojeada a las comunidades y se podrá percibir, en general, un ambiente de sana alegría; a nivel de provincia y de vicaría se notan reuniones de los diferentes órganos de gobierno, en fin. Incluso, hasta las mismas situaciones difíciles que se han presentado son indicadores que se está caminando.
2.- Haciendo un balance de los primeros meses, ¿Cuál es el resultado?
Para mí, un indicador importante de cómo vamos es la marcha de las comunidades con sus respectivos ministerios, y yo veo que están caminando; otro indicador es el movimiento de los secretariados y comisiones, creo que los frailes están haciendo lo que tienen que hacer. Veo disposición y madurez en los hermanos, les veo contentos y eso, para mí, significa que el balance es bueno. Sí, habrá situaciones que no son tan halagadoras pero, es lo normal cuando hay vida y se está caminando. Si todo estuviera estático no habría problemas por resolver.
3.- A nivel de vicaría, ¿Cuáles son los retos de la pastoral educativa?
La pastoral en nuestros colegios está dirigida a los profesores y a los alumnos. Queremos gente que viva su fe y se identifique con nuestro carisma, queremos jóvenes que no se contenten con saber mucho y aprobar los cursos, sino jóvenes felices con lo que hacen y dispuestos a servir en la vida, queremos jóvenes que se tomen en serio su vocación y respondan con valentía al llamado que cada uno tiene en su corazón. Estos son nuestros retos. Si logramos esto creo que la pastoral educativa habrá logrado sus objetivos.
4.- ¿Y en la promoción vocacional? ¿Se avecinan cambios de estrategias?
Bueno, ya estamos viviendo las nuevas estrategias. Hay dos promotores vocacionales, a tiempo exclusivo y muy entusiastas. Estamos decididos a hacer esfuerzos y proporcionar todas las herramientas necesarias para que cumplan su tarea en todos nuestros ministerios, y fuera de ellos, también. El trabajo que se ha venido haciendo hasta el momento ha sido bueno, considero que ha rendido frutos, consecuencia de ese trabajo somos los frailes peruanos, pero ya es tiempo de complementarlo; se comienza a potenciar el trabajo en colegios, en retiros y jornadas de movimientos juveniles, se comienza a incursionar la promoción vocacional en universidades, y mirar con buenos ojos la vocación de personas adultas; las redes sociales comienzan a tener preponderancia; estoy insistiendo en promover un trabajo en equipo, que exista coordinación y buen ánimo, tanto entre los promotores nacionales y de estos con los orientadores locales. Yo exhorto a los promotores y orientadores locales a que todo esto no sea, simplemente, nominal; creo que el éxito, obviamente lo da el Señor, pero depende mucho del ahínco que cada uno ponga en el trabajo encargado. Tampoco se trata de hacer cosas estrambóticas y fuera de contexto, creo que el trabajo de hormiga y las cosas sencillas bien llevadas son las más fructíferas.
5.- Sabemos que una de las fortalezas de la Vicaría de Perú es el trabajo misionero. Cuando se habla de misión siempre miramos a Chota; no obstante, hay una realidad más dura: Cajamarca, ¿Cómo se plantea recuperar el tiempo y hacer una pastoral integral con visión de futuro en las dos parroquias que llevan allí los Agustinos Recoletos?
La parroquia Dulce Nombre de Jesús es inmensa y no se queda atrás la parroquia “El Espíritu Santo. Estas parroquias tienen múltiples dificultades. Quiero resaltar la situación de pobreza de las familias, la abundancia de sectas, la religiosidad de muchos católicos que no acaba de aterrizar en un compromiso concreto. Si se quiere plantear algo a futuro se tiene que comenzar ganándose a la gente y organizándola. Creo que es tarea primaria comenzar a formar catequistas, y así se está haciendo ya, aunque sean tres, no importa el número, ya vendrán otros. La cercanía con la gente es crucial, es necesario ser uno más entre la gente, mucha o poca, igual da, lo que interesa es que sientan que caminamos con ellas; sólo así se puede entrar en su mundo. El trabajo en conjunto no es menos importante, no solo por ser religiosos se debe trabajar así; el trabajo en equipo siempre es más efectivo, más creíble, es testimonio. Creo que los frailes hacen lo mejor que pueden en el trabajo pastoral. Cuanto quisiera que haya comunidad en cada parroquia pero, solo tenemos cuatro frailes para atenderlas. Esto, también, ya es un limitante.
6.- ¿Qué metas a mediano plazo se ha propuesto la vicaría?
Me interesa integrarnos como vicaría y como provincia. A nivel de vicaría el vicario tiene que ser el nexo de integración en todas las comunidades. Es su obligación visitarles con frecuencia, y no para hacer turismo, no, sino para palpar de cerca la marcha de la comunidad y ver sus necesidades. La visita oficial tiene que ser una de las tantas que el vicario realizó a las comunidades. Y algo que ya estamos trabajando en ello es la construcción del nido para el colegio agustiniano San Martín.
7.- Si tiene que hacer un diagnóstico de la vida de la Vicaría de Perú, ¿Cuál sería?
Presento un diagnóstico positivo. Creo que para un diagnóstico no podemos detenernos en las pequeñas adversidades o dificultades que se presentan. Al revés, considero que hay pequeñas dificultades porque se está caminando. Cuento con la disposición de los frailes, la compañía y comprensión de mi consejo, cuento con las ideas de hacer cosas nuevas de muchos de los hermanos. Y, algo que me ha llamado la atención, de varios jóvenes de alguna parroquia nuestra, el decirme “Víctor cuenta con nosotros para apoyarte en lo que nos pidas. Hay muchas cosas que hacer”. Definitivamente, confirmo un diagnóstico positivo.
8.- ¿Qué espera la Vicaría de Perú para el 2020?
Es una pregunta muy general. Muchas cosas espero para nuestra vicaría, aunque todo depende de cómo se asuma por cada uno de los frailes para poderlas realizar. Espero que se concreticen muchos proyectos de mejora en infraestructura para dar un mejor servicio al pueblo de Dios; espero que nuestros colegios trabajen de modo sincronizado en lo académico, formativo y pastoral, y los dos caminen a la par; espero una pastoral vocacional que trabaje en equipo y asumida no solo por los promotores y orientadores locales, sino por todos los frailes; en fin, espero la buena disposición de todos los hermanos para que las cosas marchen de lo mejor.
Entrevista a Fr. Víctor E. Villegas Suclupe OAR: A un año del 36 Capítulo provincial / Recoletos STV: Año 1, N°1, enero – setiembre de 2019, páginas 28-30.