BREVE RESEÑA DE LOS AGUSTINOS RECOLETOS EN PERÚ

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La Recolección en tierras peruanas tiene sus orígenes en el seno de la provincia agustiniana de Perú, en el Capítulo celebrado en 1614. La ordenación segunda de este capítulo manda la creación de una casa recoleta “donde los varones espirituales se puedan recoger y darse más a la vida contemplativa y más estrecha penitencia”. En busca de información, y así establecer de la mejor forma el nuevo estilo de vida en el Perú, el P. Pedro Altamirano y el hermano Guillermo de Jesús viajan para conocer más de cerca la recolección española. En su paso por Cartagena, en el convento recoleto de la Popa, conocen más de cerca el espíritu de la recolección vivido con exigencia por los frailes. Allí el P. Altamirano toma el hábito recoleto y luego, en el desierto de la Candelaria, conoce al P. Mateo Delgado, iniciador de la recolección en América. En 1617 se concretiza el anhelado proyecto de tener el primer convento recoleto en Perú, situado en la localidad de Mizque, el Alto Perú, hoy Bolivia: La Recoleta de San Agustín de Mizque. Su primer superior fue el P. Pedro Altamirano, y le acompañaron el P. Cristóbal de Villarroel junto con el hermano Miguel Gutiérrez.

En 1618 se reúne nuevamente el Capítulo Provincial e indica que los frailes se llamarán recoletos y no descalzos recoletos, usarán calzado, y vivirán de limosnas; además se ordena la fundación de una segunda casa recoleta en el Perú la que estaría ubicada en Lima. En 1619 se funda el nuevo convento en el distrito del Rimac, dedicado a la Virgen de Copacabana y Guía. Por cuestiones de la monarquía española este fue demolido en 1625 y gracias a la intercesión del P. Juan Pecador, hombre fuerte de la recolección ante Felipe IV, fue reconstruido en 1630. Una nueva y hermosa construcción del convento fue inaugurada en 1644 pero fue demolida en 1647 por un terremoto. Se tiene noticias que en 1632 se proyecta la edificación de un tercer convento recoleto en Huamanga, actual Ayacucho, pero no se tiene certeza de su construcción.

Lamentablemente para 1657, por múltiples factores, el espíritu de la recolección en la provincia agustiniana de Perú está muy debilitado. Los intentos de  levantar el ánimo son insuficientes y la llama que inflamó los primeros corazones está menguada.  Entre 1673 y 1677 se intentó implantar la recolección en Ica y Arequipa pero no hubo resultados favorables por la falta de frailes interesados en el espíritu recoleto. Para 1801, la Recoleta de Guía en el Rimac está casi destruida y se traslada al convento de Guadalupe, en La Libertad. Luego de la independencia de Perú vendrán los decretos desamortizadores de Bolivar y Monteagudo y así desaparece la vida agustina y recoleta en el Perú republicano. Los conventos de Guía y Mizque son convertidos a espacios militares por Orbegozo y Antonio José de Sucre, respectivamente.

Años después los agustinos recoletos aparecen con fuerza y vitalidad en varias naciones de América. Venezuela fue una de ellas, y posteriormente Perú. De Venezuela parten misioneros entusiasmados, deseosos de “ver sobre el terreno” las posibilidades de fundar nuevos ministerios. Los padres José Gómez e Ireneo Ojer arriban al Perú el 5 de junio de 1939. Desde aquella fecha la labor en el país ha sido intensa, en medio de múltiples dificultades para comenzar.

Gracias al trabajo incansable de nuestros predecesores se comenzó a instalar la Orden en el Perú. Los primeros ministerios en Perú aparecen en marzo de 1940 en Chaluanca,  en el departamento de Apurimac, jurisdicción de la diócesis de Cuzco y, además, en Cutervo, en el departamento de Cajamarca,  en la diócesis del mismo nombre. En Chaluanca trabajaron los padres Benito Aldaz, Feliciano Díez e Ireneo Ojer y en Cutervo los padres José Carceller y José Alberdi. El celo pastoral de estos hermanos en todo momento fue aplaudido por las autoridades eclesiásticas, pues a simple vista se notaban los resultados. Por cuestiones que convenían a la provincia y a los frailes, en diciembre de 1947 se deja Chaluanca y todos los anexos en los que se trabajaba. En 1943 hay problemas en España, y luego de conversaciones con el obispo de Cuzco, salvando muchas dificultades, en el mes de marzo se instala un coristado provisional en el mismo Cuzco con estudiantes provenientes de España. A petición del obispo nuestros frailes atienden, también, la parroquia San Sebastián.  En agosto de 1943 la comunidad religiosa entra en Cañete y comienza su labor educativa en el colegio primario de Cerro Alegre y en setiembre del mismo año comienza a atenderse la cuasi parroquia de Imperial. La labor sigue ampliándose, no falta trabajo, y en enero de 1944 ya se está en Ayabaca, en el departamento de Piura, parroquia que fue devuelta al obispo en marzo de 1949 por múltiples problemas con los políticos de turno.

No tardaron las buenas noticias para los agustinos recoletos en Perú: ¡Se tiene una residencia en Lima! En enero de 1944, con gozo y alegría, la comunidad recibe el encargo de trabajar en la parroquia Santa María Magdalena, en Pueblo Libre. Definitivamente, después de tanto esfuerzo y desánimos, esto fue un regalo de Dios. Mientras tanto, en marzo de 1944 se comienza a regentar la parroquia de Santiago de Cao con Cartavio y Chiquitoy, en La Libertad, en la diócesis de Trujillo. Para agosto del mismo año se deja la parroquia de San Sebastían en Cuzco y el Coristado es trasladado a esta nueva diócesis. Los jóvenes estudiantes españoles son bien recibidos, los cuales concluyen sus estudios teológicos en 1945. Lamentablemente la pastoral en estos ministerios no fue duradera y, por disposición de las autoridades, se dejaron las tareas pastorales de la Libertad, en diciembre de 1949. En agosto de 1944 comienza la presencia de los agustinos recoletos en Arequipa en la parroquia San Antonio Abad. En enero de 1945 comienza el trabajo en Chota, en Cajamarca. En Julio de 1945 la comunidad comienza a regentar las parroquias de Pacasmayo y San pedro de Lloc, en el departamento de La Libertad, ministerios que en noviembre de 1952 se dejarán. La estadía en Cañete permanece y se amplía el trabajo con la parroquia de San Vicente, en octubre de 1947.

1948 es un año especial para la Orden y para el Perú. El 12 de octubre se da la solemne promulgación del decreto que crea la Provincia de San José, a la que se le asignan las casas de la Provincia San Nicolás de Tolentino de Venezuela y Perú, y San Millan de la Cogolla en España. Esto cambia el ritmo de crecimiento en la nueva  Vicaría de Perú.  La nueva Provincia,  para la década de los 50, dispone de los siguientes ministerios: En la zona central del Perú, en la ciudad de Lima se tiene la parroquia Santa María Magdalena; en Cañete, la parroquia San Vicente, la viceparroquia El Imperial, el colegio de Cerro Alegre y las comunidades de San Luis, Quilmaná, Cerro Azul, Nuevo Imperial y haciendas; en la zona sur se labora en la parroquia San Antonio Abad de Arequipa y, en el norte se tiene Cutervo y Chota.

En julio de 1962 se dan una serie de cambios en los ministerios de Cañete que terminan, de modo inesperado, con la presencia de los agustinos recoletos en esa jurisdicción. Pero, se comienza una nueva etapa en Lima con la apertura de una segunda parroquia. Se trata de la parroquia Santa Rita de Casia, en Miraflores, erigida como tal el 29 de marzo de 1961 por Mons. Juan Landázuri Ricketts  y encomendada a nuestra Orden. Fue inaugurada el 23 de abril de 1962. La parroquia funcionó en sus inicios en la casa, futuro seminario Santa Rita de Casia, comenzado a construir en 1960. Gracias al trabajo del P. Antonio Aransay y la feligresía se inauguró el nuevo templo el 28 de agosto de 1980, y la nueva casa parroquial el 22 de mayo de 1983. El primer párroco de esta parroquia fue el P. Feliciano Díez.

1963 es un año de referencia en la vida de los agustinos recoletos en Perú. En el mes de abril la Santa Sede erige la Prelatura de Chota y Cutervo y la confía al cuidado de la Orden. La Provincia de San José se regocija y renueva su carisma misionero. Creada la Prelatura se amplía el campo de trabajo para los religiosos agustinos recoletos que no dudan en poner alma y corazón por extender el Reino. Los agustinos siguen expandiéndose y en 1965 incursionan en el campo educativo al crearse el Colegio Agustiniano San Martín de Porres, anexo a la parroquia Santa María Magdalena de Lima. No cabe duda que se quiso conmemorar los 25 años de los agustinos recoletos en Perú. Poco después, en 1972, se crea el Colegio Santa Rita de Casia de Miraflores a petición de la vecindad. Se comenzó con el nido, luego se amplió a la primaria y secundaria. Actualmente es uno de los colegios más renombrados y solicitados de la zona.  

En 1968 se crea la parroquia Nuestra Señora de la Caridad al desmembrarse de la parroquia Santa María Magdalena. A petición del obispo a las autoridades de la provincia es encomendada a los agustinos recoletos. Los trabajos de construcción avanzaron pronto y ya en 1972 el templo parroquial y las dependencias se tienen construidos. Algo similar sucedió en Arequipa en setiembre de 1968 al crearse la parroquia Nuestra Señora de Chapi, más conocida como Chapi Chico, con territorio desmembrado de la parroquia San Antonio Abad y encomendada a los agustinos recoletos.

Por el norte del país, los comienzos de la Parroquia Nuestra Señora de la Consolación, en Chiclayo, datan de 1963. Después de trámites y adquisiciones, el 8 de junio de 1967 es bendecida e inaugurada la residencia de la comunidad, la que funcionará como sede parroquial. El 2 de octubre del mismo año se da el decreto de erección de la parroquia bajo la protección de Nuestra Señora de la Consolación y se confía a los agustinos recoletos. Años después, por gestiones del P. Juan Cuña y Ángel Jiménez, se construye el nuevo templo parroquial, con el que se cuenta actualmente, el que fue consagrado el 8 de diciembre de 1980. Esta parroquia asumiría, además, la atención espiritual de la hacienda de Batan Grande por una década. Allí tendría residencia un religioso.

De regreso por Lima, tenemos el convento San Agustín, en Pachacamac, que se comienza a construir el 6 de diciembre de 1986 al colocarse la primera piedra de los cimientos. Este edificio funcionaría como noviciado y es erigido como tal en enero de 1990. El 13 de marzo del mismo año comienza oficialmente la vida de comunidad en dicha casa. En Lima ciudad encontramos por esta época el Seminario San Ezequiel Moreno que se construye para acoger a los jóvenes que recién comienzan su camino en la vida religiosa. En 1989 se hizo la compra del terreno en el distrito de San Miguel y el 5 de diciembre del mismo año se bendice la primera piedra. En 1991, en la festividad de San José, se inaugura esta nueva casa de formación.

Siguiendo el orden de las fechas, y en tierras chotanas, en 1993, a iniciativa del P. Jacinto Anaya, se funda Radio Santa Mónica. Desde ese momento la vicaría de Perú comienza una nueva experiencia en las comunicaciones. Poco a poco la Radio se constituye en una de las más importantes de la ciudad. Actualmente cuenta con un surtido grupo de profesionales y equipos de alta tecnología que le dan el brillo que posee. En la provincia de Chota no se puede dejar de mencionar la ONG Haren Alde, pues forma parte de su historia reciente. Esta surge en España en 1992 y en 1997 ya se tiene noticias de su instalación en Chota laborando junto con Caritas. Luego de algunas dificultades, agraciadamente superadas, en 2006 la ONG comienza su trabajo de modo independiente y traslada su oficina a las instalaciones de la recién creada parroquia Santa Mónica. El objetivo de este organismo no gubernamental es atender las necesidades de los más pobres en los distintos lugares donde se encuentra.

El año 2003 marca una nueva etapa en el trabajo pastoral de la Prelatura de Chota y Cutervo. Mons. Carmelo Martínez Lázaro, obispo prelado de Chota y Cutervo, divide la parroquia Todos los Santos de Chota y decreta la creación de otra. El documento oficial la crea el 1 de enero de 2003, le da como titular a Santa Mónica y la pone bajo la dirección de los agustinos recoletos.  

A tres horas de Chota está Cajamarca, lugar donde el Señor tiene novedades para la Orden. En diciembre de 2004 Mons. Carmelo es nombrado obispo de la diócesis de Cajamarca y con él comienza un nuevo ministerio para los agustinos recoletos en esa jurisdicción: la parroquia Dulce Nombre de Jesús. Dada oficialmente a la Orden, comienza a ser atendida por los frailes quienes laboran con alma, corazón y vida.

Luego del trabajo de tantos años dedicado y esmerado, de los agustinos recoletos, en las parroquias San Antonio Abad y Nuestra Señora de Chapi, concluye su labor pastoral por tierras arequipeñas. En agosto de 2008  Nuestra Señora de Chapi  y el 28 de diciembre del mismo año San Antonio Abad, son entregadas al obispo. Seis años después, el 14 de febrero de 2014, sucede lo mismo con la parroquia Nuestra Señora de la Caridad en Lima. Fue penoso para los frailes y más todavía para la feligresía dejar esas comunidades que por tantos años fueron tierra buena cultivada con amor y cariño. No cabe duda que la providencia así lo dispuso. Pero, los detalles del Señor nunca faltan y siempre hay motivo para agradecerle. En abril de 2014 las autoridades de la provincia aceptan la propuesta del obispo de Cajamarca de seguir trabajando por esas tierras y ahora también, en la parroquia Espíritu Santo. Gracias a Dios, con la fuerza que sólo Él puede dar, se están dando grandes pasos en el trabajo pastoral y en la infraestructura de la parroquia. La parroquia Espíritu Santo ya cuenta con una hermosa casa parroquial construida por la Orden en la que radican  los frailes que trabajan en Cajamarca y desde donde se atiende también la parroquia Dulce nombre de Jesús.           

Información tomada de varios textos, entre ellos el de Mons. Emiliano Cisneros “Los Agustinos Recoletos en el Perú”.

P. Víctor Emiliano

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