Quién no es consiente que el mundo cada día es más complicado. Cuando tengo la oportunidad de reunirme con padres de familia suelo preguntar por el contexto social en el que vivimos y todos concordamos que vivir la vida es cada día más complicado. Ante esta respuesta contundente lanzo la pregunta: ¿Por qué los padres de familia se empecinan en criar hijos señoritos?
La verdad, es que preocupa la postura de muchos padres respecto a la formación de sus hijos. La autoridad de los profesores se ha visto “atropellada” por la prepotencia de papás problemáticos y las corrientes sicológicas “baratas” que vociferan que los niños se “trauman” con una seria llamada de atención ha calado tanto en los papás que se lo han creído en un cien por ciento. Los padres han hecho creer a los niños que son el centro del universo para fortalecer su autoestima, los papás han logrado que a los niños se les quite las tareas para la casa y evitar “estresarles”, permiten que sus hijos hagan lo que quieran con el pretexto que “son niños”, han dejado que los niños sientan que son los dueños del mundo y que tienen todos los derechos al extremo de maltratar y discriminar a los demás con gestos despectivos y dominantes. Todo esto junto con la sobreprotección ha generado jóvenes dependientes de los papás, chicos indecisos y señoritos, jóvenes incapacitados para solucionar sus problemas en la vida, personas prepotentes que se creen los dueños del mundo y que no encajan en ningún equipo de trabajo, etc. Es lamentable que las autoridades educativas y los papás organizados no tomen conciencia del daño que se hace a la juventud con estas políticas “de avanzada”. Ciertamente que la formación de los niños tiene que avanzar pero: ¿Hacia dónde? Ya es un problema social en Europa y EEUU este tipo de formación, tan solo hay que dar una ojeada a los noticieros y la respuesta está clarísima. Sugiero a los padres de familia reconciliarse con los profesores, sugiero que les devuelvan la autoridad arrebatada y trabajen en coordinación con ellos. Les recomiendo no olvidar que los pedagogos son los mejores aliados que pueden tener en la formación de sus hijos.
P. Víctor Emiliano